"Quiero arreglar todo lo que hice mal
todo lo que escondí hasta de mí,
debo contar lo que yo solo sé,
uh perdón, Inca Kola también".
El estribillo no entró sólo por mis oidos. Pude sentirlo en la piel, se metió en mis pulmones, lo ví. Era la señal de que una de las cosas que más deseaba en la vida se materializaba. Estaba viendo en vivo a Andrés Calamaro.
En ese momento olvidé que llevaba casi dos días sin dormir ni un minuto, olvidé el sueño, el hambre y el cansancio. Olvidé que a veces soy medio claustrofóbico. Aspiré el aire lleno de polvo, con ligeros toques de tabaco y marihuana. Y grité... grité y salté.
Diez años antes, la última vez que había cantado en Perú, yo no lo ví. En esa época me gustaba Calamaro, pero hasta ahí no más. Hoy era diferente. Hoy ya era parte de mi vida, de todos los días. Su poesía ya había calado profundo en mi alma. Tenía que verlo... y lo ví.
Tech SlavesEl concierto tuvo algunas cosas negativas para señalar. Creo que el mismo Andrés no se sintió tan cómodo como en México, Colombia o Ecuador. Obviamente, una de las cosas que más le jodió fue ver tanta gente con sus cámaras filmando, en lugar de simplemente disfrutar, cantar y saltar. De hecho, en un momento de la noche, ironizó al respecto con una frase: "Bienvenidos a la convención mundial de cámaras digitales". Queda mucho más claro cuando en su blog, en lugar de elogiar y agradecer como hizo con los paises anteriores dedicándoles algunas líneas, simplemente pone "
tech slaves", acompañado de una imagen bastante descriptiva del público peruano. Brutalmente honesto.
Pero eso es sólo un detalle. Ni el público más difícil pudo resistirse a "Paloma", a "Los aviones" o a "Crímenes perfectos". Y, para los más "comerciales" siempre estaban "Flaca" y "Loco" para salvar las papas. O, el infaltable "Tuyo siempre" a ritmo de cumbia. Igualmente no pudo faltar el momento de tango en medio del que sonó fuerte "Jugar con Fuego".
Tengo grabadas en la mente las canciones... la manera en que las coreábamos...
- "Dicen los más viejos del bar, primero hay que aprender a olvidaaaar. No sé si habrás podido por los dos.. porque yooooo...".
- "Puedo presumir de poco.. porque todo lo que toco se rompe...".
- "Estoy cansándome de esperar.. pero igual, no tengo adónde iiiir... y me dice la gente que deje de pensar en ti...".
- "El campeón tiene miedo... tiene miedo de pegar... no se quiere romper las manos porque tiene que cantar...".
- "Como el fuego... sobre la superficie del mar.. como el viento caliente del desierto...".
- "Porque jugando con fueeego... puede ser que te lastiiiiime ... puede ser que te lastime, puede ser que sufra un poco y nos quememos los dos...".
En fin, lo disfruté mucho. Si el público no estuvo a la altura, si el playlist no fue el mejor, si las pantallas fallaban... todo queda en segundo plano. Lo más importante fue el evento en sí. Calamaro cantaba en Lima después de 10 años y yo lo ví, canté, grité, aplaudí, salté y, claro... como un buen "tech slave", grabé lo que pude.